Pocas veces me encapricho con algo. Sin duda a todos nos gusta cuando las cosas salen bien, planeado o sin planear y terminar el día con un buen sabor de boca. Levantarse al día siguiente, verse al espejo y decir sin reparos: "Soy un chingón." Mamasearse frente al espejo, meterse a bañar y peinarse mamaseándose frente al espejo. ¿Por qué no? Se vale. De la esperanza parte la desilusión cuando no se cumplen nuestras expectativas, más cuando las anhelamos tanto, lo suficiente para que nos encaprichemos con que ocurra.
¿Qué es ese capricho que tengo? Lo tengo con la existencia y el balance del mundo. Sólo quiero que las cosas salgan bien y se acabe. No quiero ni me interesa pensar que lo que ocurra es sólo el peldaño o el plan maestro del destino para algo más grande que mi ser. Simplemente quiero que esto acabe y ya, salir victorioso, ver de lejos a la derrota, pensar que sí se puede hacer justicia.
O iluso yo... no depende de mí. Ya puse todo lo que podía de mí en esta empresa y mañana depende de factores lejos de mi control que las cosas salgan bien.
¿Qué es eso que tanto me da vueltas en la cabeza? Lo que he maquilado durante algunos meses que tiene la posibilidad de concluir mañana. De recuperar lo que es mío, de descubrir que hay algo de justicia, de no ser el 'dejado' dentro del esquema general de la impunidad. Si alguien es impune a algo es porque nosotros lo dejamos ser. Hice algo... quiero que ese algo tenga consecuencias positivas... aunque dudo que las tenga.
Las cosas saldrán como deban salir. Al final, soy una mejor persona.
Debido al reciente descubrimiento de que mi abuelo estaba pagando Internet, pero no lo usaba, hace poco por fin instalaron bien el modem y ahora hay Internet en casa de los agüelos y ahora que mi primo se llevó su lap estuvimos surfeando y naufragando por las turbias aguas de YouTube. Videos cagados, interesantes y después de ver al niño predicador le comentaba que había un padresito trolo que decía que Pokémon es satánico, así que después de verlo seguimos escarbando en su arsenal de videos y... pobre hombre. Bajo su percepción no hay algo en el mundo que no le recuerde a Satán...
Sé que el fanatismo existe en más de mil cosas; música, deportes y uno de los más notorios y que a veces parece más dañino que cualquier cosa es el religioso. No me refiero expresamente al cristianismo, catolicismo e islamismo per sé, también va para todos aquellos ateos que no pueden mantener la boca cerrada y quieren convencer a todos de la no existencia de Dios. Son igual de molestos que cualquier testigo de Jehová tocando de puerta en puerta a las 8 de la mañana en domingo. Bueno... menos molestos, al menos no hacen panfletos.
Pero si algo me ha enseñado la vida es que hay de todo un poco; recuerdo a un pastor que decía que su equipo favorito tenía una maldición debido a Iron Maiden ya que en Costa Rica tocaron en su estadio y al tocar 'The Number of the Beast' trajo la desgracia a su equipo. Ahora tenemos a Josué Yrion, otro pastor medio pirado de las nalgas (cerebro sería afirmar la existencia de éste) que demuestra el por qué las cartas del juego Pokémon son satánicas.
Si se quieren reír un rato les recomiendo vean el video entero y sus alucinantes interpretaciones de las ilustraciones del juego de cartas Yu-Gi-Oh! Su primer falla es confundir a Pokémon con este juego, pero bueno... Si uno va a criticar algo al menos intentar atinarle al nombre. Lamento mucho todos los niños que se quedaron sin su deck de cartas por hacerles creer a sus padres que es satánico.
Sin embargo, si nos vamos a las troleadas fumadas de este pastor, le da ahora una nueva connotación a la palabra ninja, y supongo que a las artes marciales en general. Ahora si uno es cinta negra, posiblemente sea alguien apto para enseñar magia negra.
Además de hacer mención al budismo como un mal aparente, no le encuentro lógica a lo que dice.
Dando puntos aparte, uno debe saber que el Nintendo y los videojuegos no están exentos de la crítica, y menos a los ojos de este Pastor. Quién haya hecho la edición de el siguiente video, sin duda me hizo pasar un momento ameno.
Me gustaría saber qué es lo que les ha pasado a las alegorías, metáforas e imaginación en general. No todo se debe tomar de manera literal, es sólo el poder de la imaginación haciendo su chamba con las herramientas que se tienen a la mano. Novelas, historias, música, imágenes, juegos... no todo es satánico, pero si uno lo ve a través de los ojos de un un ser paranoico que encima resultó ser fanático religioso, ni hablar...
El no poder discernir entre las cosas es el mayor daño que uno puede causarse a sí mismo.
Al final el motivo de esta entrada era desahogar un poco lo que hay en el mundo, lo que es risibile y lo que no; fuera de la razón, donde la religión no tiene nada que ver. Es sólo un lunático hablando de lo único que cree saber que por desgracia puede que les dé mala fama a los verdaderos pensadores dentro de los rubros de sus creencias.
Concluyo con lo siguiente, porque una imagen vale más que mil palabras: