Pues ahora sí no tengo una cita musical que me venga a la cabeza para empezar esta entrada, pero seamos sinceros, ni les importa, tons como yo soy el jefe y autor de este pseudo blog, puedo hacer lo que quiera.
Pero bueno, pasemos al por qué de este pequeño escrito ciberespacial.
No sé que tengan los meses sin intereses (quizás hay meses menos interesantes que otros) que vuelve loca a la gente. O quizás no loca, pero si contemplativa en su capacidad de gasto para ver si pueden comprar ese algo que quieren, pero que de otra manera no podrían obtener.
Hace unas cuantas semanas gané mi primer sueldo grande freelanceando una revista que en estos momentos padece de incertidumbre. Si continuará o no está en manos de la SEP, pues era su proyecto para empezar. De todos modos se me pagó los primeros 2 números y yo recontento agarré y ahorré una lana para mi tele. Hoy en día hay ciertos aparatos que exigen y demandan una tele de esas de alta definición (que la tele y la programación, de todos modos no se ve en alta definición...) para ver los juegos de la nueva generación, hasta las pecas a los personajes. Así que ahorré un porcentaje y lo demás fue para comprarme cosillas (aún no llega mi set de discos de Artillery... -_-') e invitar a Nay a echar la pizza.
Total, ya le debo un poco a mi papá por impuestos (me prestó su recibo de honorarios) y todo iba bien, incluso con ese 10% de ISR. Hasta que la batería del Peyote murió derepente... ni modo. Como las cosas no van de lo mejor, pues yo decidí invertirle al carrito y poner de mi lana para comprar la batería. Vientos, hasta se sintió bien no ser el gorrón mantenido de siempre y cooperar con un gasto inesperado, pero eso redujo mi presupuesto televisivo.
De la nada llegan las ofertas de 18 meses sin intereses. No sé si a mi mamá le remordió un poquito la conciencia por mi puesta monetaria al carrito, pero me convenció de ir a checar las teles y ver qué onda... digo, estaban a 18 meses.
Sin hacerles el cuento más largo, ya tengo telera nueva. Yo la pagaré, pero pues ahí ya está para estrenarse.
Aún así, ese no fue el único cambió que ocurrió. Aaaaaahhhh, no. Ahora ya instalada la tele, mi madre tan linda, me dijo que ya encarrerado el ratón, pues a mover la compu pa aca y ciertos muebles, por lo que mi cuarto sufrió una especie de 'make over' donde moví, tiré cosas, me deshice de otras, me tope con algunos recuerdos por ahí... y ahora les ando escribiendo desde mi cuarto.
Por desgracia, yo tengo la mala, pésima, horrorífica costumbre de acumular porquería y media. Entonces, como eso a mi mamá no le late, pues a tirar cosas (creo que por ahí se fueron algunos papeles del servicio) y aún no acabo. Me tomará algunos días encontrar espacio para todo mi tinglado acumulado, y lo más importante, ver dónde pongo todos mis discos. Cuando uno los compra, no hace mucho para acomodarlos... hasta que nos damos cuenta de cuántos son... joder.
Ni modo... a ver cómo queda. Que Feng Shui ni que nada.
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